1. ¿Cómo se presentó la poesía en tu vida? Siempre estuvo, pero uno no es consciente de esto hasta que lo plasma en el blanco. Sin las vivencias previas o la percepción del entorno y los fenómenos cotidianos, la poesía corre el riesgo de ser sólo un rebaño de palabras, respetando algún tipo de sentido lógico, pero vacío de vida.
Desenredar letras, desatar las metáforas y sembrar las palabras sobre el renglón. Sí, es un gran paso, pero ella siempre estuvo esperando a ser escuchada y yo supongo, me detuve a escucharla.
2. ¿Cuándo decidiste dedicarte a escribir? Hace cuatro años comencé a comprender la poesía como tal, desde entonces fui conociendo algunas herramientas de creación literaria y escribiendo con mayor intensidad, aunque previo a este tiempo ya había compuesto algunas canciones. Lo demás lo fue presentando el camino.
3. ¿Crees que la poesía es sanadora? No podría asegurarlo, en realidad intento sólo hacer mención de lo que estoy convencido. Pero si estoy convencido de que es un móvil o instrumento de liberación, como toda manifestación artística. Y al decir liberación no solo me refiero a la sensación misma de libertad, sino también al hecho de escuchar ese grito interno, abrirle las puertas y trazar los posibles caminos hasta que pueda percibirse. En esa manifestación quedan plasmados la intención, emociones o sentimientos que despertaron la inquietud de expresar, ya sea escrita, visual o de cualquier otra manera posible. Esto puede sanar, sí, o al menos aliviar; pero lo creo más una consecuencia del primer fin, que es expresar. De igual manera podemos, además de considerarlo un medio de sanación, llamarla como un momento o lugar de reencuentro, donde tenemos la posibilidad de regalarle al lector algo que consciente o inconscientemente estaba buscando, quizás algo que habita en el interior de todos, un pensamiento o vivencia compartida o tal vez, la esencia de la vida misma.
Hay algo que pienso con frecuencia, creo que nunca logramos el poema, por más que la poesía ande revoloteando alrededor de él. Nunca lo terminamos y es necesario que así sea, incompleto, para cuando llegue al puerto del lector, éste finalice la tarea dándole el lugar y el sentido conveniente en ese universo de cada uno.
4. ¿Con qué propósito escribís? No creo que haya un propósito en particular, aunque en lo personal hay algunas cosas, como la casi necesidad de abrir una puerta (en mi imaginación, gigantesca) e invitar al lector a ese universo que sucede en el rincón desde el cual escribo, tal vez por soledad o el deseo de compartir lo particular de la mirada con la que percibo el mundo y el tiempo que transcurre en los silencios.
Insisto en que no creo que exista un motivo en particular, sino más bien, una necesidad y esto puede deberse a que intenté o intento acercar mis letras cada vez más a mi manera de hablar o expresarme. De esta forma la poesía sabe cómo encontrarme, cada vez que me detengo a observar o a contemplar lo cotidiano es casi seguro que una frase o metáfora surja. No escuchar la espontaneidad con la que se presenta, es en la mayoría de los casos, no escucharme a mí mismo.
5. ¿Qué deseas comunicar a través de tu escritura? Solamente intento dar lugar en la tinta voz a lo más certero que me habita. La intención es decir lo que por dentro suena, ser lo más franco y sincero posible conmigo mismo, generalmente la idea central del poema o el escrito se puede resumir a un par de líneas y es lo que siento obligado a escribir sin excepción, la única verdad necesaria en el blanco, aunque en casos desafíe alguna lógica y reglas ortográficas o gramaticales, pero esto me parece irrelevante; sin el sentimiento que lo envuelve y la verdad que pide salir de manera literal, no puedo considerarlo verdadero y mi poesía no puede ser.
6. ¿Qué es la poesía para ti en tu vida y qué es lo más loco que hiciste por ella? Es simplemente un lugar donde todo es posible. Habitante del silencio y el silencio padre de toda palabra. La suma de todas las verdades, que son las de cada uno de nosotros. Libre y ajena a cualquier ideología o momento histórico, creo que la poesía en su estado más puro y limpio de cualquier influencia terrenal, sin ser sujeta forzadamente al razonamiento, reglas ortográficas o gramaticales (sin dudas necesarias, pero no imprescindibles), la poesía libre de las corrientes de las épocas o movimientos sociopolíticos, es la que logra ser eterna. La viva voz del alma.
Hacer algo loco implica alguna dosis de locura y sinceramente lo que me parece loco es la realidad en la que vivimos, junto a todos sus artificios. En todo caso, puedo decir que lo más loco que hice ante la realidad que padecemos, es escuchar a la poesía, comprar algunas biromes y papel, escribir mi primer libro y seguir diciendo; para lo que sí son necesarios algunos pequeños rituales como pasar horas junto al río, en algún café, algún banco plaza o caminar masticando y repitiendo palabras hasta que la poesía sea (si a eso se le puede llamar locura).
7. ¿Crees que eres un ser elegido por contar con este don o talento? No, no lo creo… sólo siento que tengo el privilegio de poder decir, junto a la fortuna de encontrar en el camino los silencios para que las palabras sientan la libertad de ser, y yo en ellas. Como ya lo mencioné, sólo me detengo a observar, a escucharme y conectarme conmigo mismo; lo que es necesario para poder decir. Creo también, en el trabajo de mis letras, en ese lugar consecuente donde el lector puede reencontrarse consigo, lo que se vuelve una especie de abrazo.
Pero pensarme como un elegido me pondría en un lugar especial y eso me resulta poco creíble ya que me costó y me cuesta llamarme a mí mismo escritor o poeta. En algún momento escribí líneas como: “Si hay música en tu viento y poesía en tu mirada, siempre habrá algo por decir”, “Solo creo en las palabras que suenan como un latido” o, “Siempre hay algo por decir, sólo que a veces nos encontramos en el silencio equivocado”…
Todos podemos ser embajadores de las ansiadas palabras y su poesía promesa. Pero otra verdad es que muchas veces estamos distraídos, al ritmo de la agitada rutina, por lo que pocos se detienen a escuchar. El decir demanda, además la capacidad y la convicción para sostener y defender lo que decimos, esto hace que la poesía sea mucho más que una sucesión de palabras “bonitas”. Y en el ejercicio de la poesía (para no decir, directamente, en el arte) considero que si no hay nada verdadero por decir, es mejor no intentarlo.
Creo también que los seres con la consciencia encendida y el alma lo suficientemente sensible para hacer arte (sosteniendo la idea de que todos tenemos estas capacidades, aunque el trabajo consiste en descubrirlo y alimentarlo) son grietas, a través de las cuales se conecta algún tipo de eternidad con la realidad en la que vivimos, entonces todo sucede.
8. ¿Qué otras áreas artísticas complementan tu poesía y por qué las eliges? Siempre me inquietó el arte en todas sus formas, desde chico tenía cierta facilidad para dibujar o representar el mundo que conocía y lo que de él llama la atención a un niño, a través de los dibujos. Con el tiempo me fui acercando al universo musical, conociendo la guitarra y la voz, reconociéndolos como instrumentos y canales del decir. Componer y complementar estas diferentes actividades me hizo entender que son eso, complemento. Las imágenes sonoras, los paisajes reales, fantásticos o extintos, todos se abrazan y habitan la poesía.
Pensar que algo de lo que hago es por elección, no me parece acertado. No creo que haya oportunidad de considerar tal elección como decisión, ya que por más que no lo plasme en un papel o libro, en una composición musical o en imágenes, el artista, en su interior, sigue y seguirá creando y es que eso somos, creadores.
9. ¿Eres un instrumento de la poesía y escribes en cualquier momento o cuando tienes tiempo para ella? La poesía, en mi caso, es una consecuencia o una respuesta a los momentos conmigo mismo. No puede tomar un lugar secundario, en todo caso, quien pasa a asegundo plano, soy yo.
La poesía tiene tiempo para mí, todavía hay demasiada belleza suelta. Existo en un momento donde aún el mundo y los sentidos guardan algunas maravillas por descubrir en el interior o exterior, por lo que todavía queda algo para decir.
La mayor parte del tiempo no sé qué decir. Pero encuentro la manera; es como si hubiera un lugar, una fuente que siempre está encendida de la cual desconozco completamente su ubicación y al fin, de alguna forma, puedo llegar y termino diciendo o escribiendo. Aunque, si por mí fuera, no escribiría. Nada me resulta más torpe, ineficiente o insuficiente para vestir sentimientos y emociones, que las palabras mismas, tal como el intento de definir el amor y sus gestos con letras articuladas, solitarias o en manadas. El amor mismo no cabe en las cuatro letras que lo nombran, ni el cielo en sus cinco, o lo eterno en esas seis de las cuales una está repetida y las dos últimas conforman un no (si hay lugar a tal explicación…).
10. ¿Cómo definirías a tu poesía? Mis mentiras más ciertas.
Biografía:
Escritor, poeta, compositor y músico. Vivo en la ciudad de Jesús María, Córdoba. Publiqué mi primer libro “Eso que digo a veces…” a finales del 2018.
